El yoga y la relación conmigo

El yoga me cambió la vida, y si no les hablara del yoga, no les estaría hablando de mi.

Son muchas cosas que han cambiado mi vida radicalmente, porque si, he dado un giro 360 grados en muchos aspectos, y son muchas cosas de mi vida cotidiana las que han generado el gran cambio que se ve de afuera.

El yoga es una de ellas, y si mal no recuerdo, fue lo primero que llegó.

Yo solía ser una persona que se enojaba mucho, y que lo contenía mucho también, y tenía varios estallidos. Cada vez que lloraba, era por enojo.

Me empecé a dar cuenta que así no podía seguir, que no podía comunicarme realmente y que cada vez que quería decir algo importante estaba fallando en el CÓMO, me enojaba, me molestaba, me frustraba, y claro, no llegaba a ningún lado.

Si bien en general tenía una vida activa con el deporte, me daba igual, lo sentía una obligación y tampoco era muy constante. Lo hacía para verme “bien”, y no porque realmente lo sintiera.

Un día entendí que tenía que cambiar, y quise probar con el Yoga, y ese fue el primer paso a una gran transformación. Y asi empecé a conectar por primera vez con mi cuerpo y mi alma.

Entendí que es fundamental aprender a respirar, y que solo con respirar me podía calmar, centrar, aclarar. Aprendí que no sabemos respirar y que no usamos ni el 10% de nuestra capacidad pulmonar.

Aprendí que tengo músculos que no sabía que tenía, que no era consciente de mi cuerpo, y por tanto no era consciente todo mi ser.

Aprendí que la mente era mi mayor enemiga, que todo esos “no vas a poder” eran solo trampas que me ponía. Que mi cuerpo con el tiempo respondía y aprendía, que era capaz de mucho más de lo que me imaginaba.

Aprendí que para cambiar hay que incluir el cuerpo, que nada se hace solo desde la mente. Aprendí que soy capaz de mucho más de lo que mi mente se imagina, y si claro, lleva práctica, constancia, dedicación y paciencia, nada es de un día para el otro.

Aprendí que lo más importante es el proceso, que los resultados cambian todos los días, que hay días que logramos más cosas y otros menos. Hay días que tengo ganas de hacer un yoga fuerte y otros que solo quiero hacer una práctica tranquila.

Aprendí que descansar es tan importante como hacer y que de hecho, era lo que más me costaba, y que descansar es necesario para absorber los aprendizajes y beneficios del día.

Aprendí que cada proceso es único y que no hay que mirar para el costado, que eso solo desconecta del presente y de vos mismo, y de todo lo que está pasando dentro.

El yoga para mi no es un deporte, es un estilo de vida, que me da paz y amor, constancia y determinación. Es una práctica en donde me enfrento a mi misma y me animo a ir cada día a un lugar nuevo de mi, y eso me motiva a querer practicar cada día.

Realmente es muy importante para mi y por eso lo incluí en la Comunidad Lunar, y me fascina porque trabaja el cuerpo, la mente y el alma, la presencia y la energía, el equilibrio de la energía Yin y Yang, y ojala que este post motive a que cada uno encuentre su práctica, incluya su cuerpo con amor y trabaje la conexión con ustedes mismos ❤️